En los últimos meses, China ha implementado un nuevo marco normativo que endurece los controles sobre las licencias de exportación.
A partir del 1 de octubre de 2025, todas las operaciones comerciales deberán realizarse bajo licencias propias de exportador, eliminando la posibilidad de utilizar licencias de terceros —una práctica que durante años fue habitual en el comercio internacional chino.
Este cambio representa un punto de inflexión para muchas fábricas y agentes comerciales, y también puede afectar directamente al sector textil latinoamericano, que depende en gran parte de la importación de maquinaria, insumos y productos intermedios provenientes de China.
¿Qué cambió exactamente?
Las nuevas disposiciones emitidas por el Ministerio de Comercio (MOFCOM) y la Administración Estatal de Impuestos (STA) establecen que:
Cada fabricante o empresa deberá operar con su propia licencia de exportación, sin poder utilizar la de otra compañía.
Las declaraciones aduaneras deberán estar asociadas al exportador real y reflejar fielmente sus datos registrados.
El sistema de control se aplicará sobre todos los productos con componentes o materiales de origen chino, incluso si son procesados fuera del país.
Los bienes de uso dual (civil y militar), materiales magnéticos o con aplicaciones tecnológicas avanzadas estarán sujetos a autorizaciones previas y licencias especiales.
Si bien la normativa apunta principalmente a industrias estratégicas —como electrónica, semiconductores y materiales compuestos—, también puede afectar indirectamente al sector textil, ya que muchas máquinas e insumos incorporan componentes eléctricos o metálicos de origen chino que ahora deberán ser declarados bajo licencias específicas.
Posibles efectos sobre el comercio textil internacional
Aunque los textiles comunes (telas, hilados o prendas terminadas) no figuran directamente en el nuevo catálogo de bienes controlados, los equipos y tecnologías asociadas sí podrían verse alcanzados.
Algunos ejemplos relevantes:
Maquinaria textil con sistemas electrónicos o motores magnéticos.
Equipos de teñido, secado o acabado con controladores electrónicos.
Fibras o tejidos técnicos con tratamiento químico o aplicaciones industriales.
Esto podría generar mayores tiempos de despacho, ajustes logísticos y la necesidad de revisar documentos aduaneros antes de cada envío.
La ventaja de contar con presencia directa en China
En este nuevo escenario, tener una oficina propia en China marca la diferencia.
Gracias a la presencia física de Silvio Acosta en el país, Silqui-Tex International puede verificar licencias, coordinar embarques, supervisar fábricas y asegurar que cada exportación cumpla con la normativa vigente.
Esta presencia directa nos permite:
Confirmar que los proveedores operen bajo licencias válidas.
Evitar demoras o retenciones por inconsistencias documentales.
Negociar directamente con las fábricas para mantener precios competitivos y tiempos de entrega confiables.
Brindar a nuestros clientes la seguridad de que sus compras desde China se realizan dentro del nuevo marco legal.
Nuestra recomendación
Invitamos a todos nuestros clientes del sector textil a consultar con nuestro equipo antes de confirmar nuevos pedidos desde China.
De esta manera, podremos revisar la situación de cada proveedor y asegurar que la operación cumpla con los estándares exigidos por las nuevas regulaciones.
El comercio internacional sigue evolucionando, y desde Silqui-Tex International acompañamos cada cambio con el mismo compromiso de siempre:
calidad, transparencia y presencia en el lugar donde ocurren las decisiones.
🎥 Ver video completo:
https://youtu.be/4y1o-zLtj4U?si=kAeo7OlHkim-G1Mm